La localidad giró en torno a la actividad del ingenio homónimo hasta que este cerró en 1989.
José Domingo Ayala compró las tierras y en 1826 las vendió a Jean Nougués, ciudadano francés.
[5] Nougués añadió al ingenio otras actividades como una curtiduría, aserradero y un molino harinero.
[6] En 1911 se fundó el club del pueblo, pero su estadio debió ser trasladado a su actual ubicación en 1919.
Dicho año el ingenio abrió temporalmente, hasta que debió suspender las actividades con el corte del suministro de gas.