Incluye en su término tres polígonos industriales y el barrio del Saso.
La iglesia parroquial mudéjar data del siglo XVI y su realza con su torre.
Dentro de la parroquia hay tallas y retablos con valor tanto entrañable como material.
La iglesia de San Mateo y su torre, se alzan en un extremo del casco antiguo de la villa, donde una profunda espelunca sobre el cauce del río Gállego, limita y constriñe el caserío, a la vez que sirve de mirador natural sobre el amplio valle.
La anómala situación de la Torre, tras la cabecera de la iglesia, y el carácter prismático de su cuerpo inferior, sin decoración, aparejada en groseros aljezones y sin más aberturas que los ventanales próximos a su remate, hace suponer su preexistencia como torre defensiva integrante del castillo, que aún da nombre a la plaza en que se asienta, y que, según los técnicos, podría datar del siglo XII.