Hombre de rigurosas costumbres prohibió la cohabitación entre hombres y mujeres que no fuesen consanguíneos, e impuso a los eclesiásticos la obligación de no convivir con las religiosas que les daban hospitalidad por sentimientos caritativos.
[2] Aunque en los martirologios aparece como mártir, no parece que sufriera martirio alguno ya que en dicha fecha, bajo el gobierno del emperador Valeriano, los cristianos eran tratados benevolentemente.
[3] Su cuerpo fue enterrado en las Catacumbas de San Calixto, posteriormente sus reliquias fueron trasladadas por el Papa Paulo I a la Iglesia de San Silvestro en Capite, luego por el Papa Pascual I a la Basílica de Santa Praxedes.
Su cabeza se conserva actualmente en un relicario en la Catedral Católica de San Ansgar en Copenhague, Dinamarca.
Es una de las pocas reliquias que sobrevivió a la reforma en Dinamarca.