La historia sobre el poblado de San Francisco Xochicuautla junto con Santa María Atarasquillo tiene orígenes precolombinos.
El primer día se trasladan las imágenes de las capillas a la iglesia principal, luego hay misa.
Cada día de la fiesta hay bailes organizados por distintos sonidos o grupos de música; ello se lleva a cabo en la mitad del campo deportivo mientras su otra mitad es ocupada por juegos mecánicos.
La lucha es pacífica y los arrieros con pirotecnia pequeña deben asustarlos y matarlos simbólicamente; al acabar ello los rateros queman fuegos pirotécnicos llamados "toritos" por estar encima de un toro de cartón y los van poniendo en su espalda para correr con ellos luego de ser encendidos.
Socialmente destaca la oposición que ha emprendido desde 2007 el Consejo Supremo Indígena[4] a la construcción de la Autopista Toluca-Naucalpan, la cual está planeada para atravesar parte del bosque sagrado, considerado así ancestralmente por el pueblo hñañú que habita la zona.