También se incluyeron nuevas características como una pantalla curva (edge), mejoras en el S Pen y la más importante (sin embargo poco convencional para su época) fue el reconocimiento del iris para desbloqueo automático, lo que sería el comienzo de la utilización de esta tecnología en muchos futuros teléfonos inteligentes.
Originalmente, el Note 7 poseía el procesador Exynos 8890, pero solo algunos modelos lanzados en China, Japón y Estados Unidos, ese procesador fue reemplazado por Qualcomm Snapdragon 820 (para la compatibilidad con el antiguo CDMA) y en Canadá todos los modelos fueron reemplazados por Snapdragon 820.
El primer caso (véase Investigaciones posteriores) correspondía a las baterías con revestimientos muy pequeños lo que causa la explosión.
Samsung empezó la investigación con la aerolínea, pero esa no pudo confirmar hasta que el teléfono de reemplazo defectuoso fue recuperado.
Samsung anunció que el 96% de los Note7 fueron recogidos por lo cual ya es seguro quitar los avisos del Note 7 en los vuelos.
[17] En diciembre de 2016 Samsung lanzó una actualización forzada que convertiría a los Note 7 en dispositivos no funcionales (hard brick).
Los problemas eran diferentes entre los 2 proveedores de baterías: Samsung SDI y ATL (Amperex Technology).
Las teorías acerca del diseño fueron descartadas y se indicó que el problema era la batería de ambos proveedores.
[22] Según las investigaciones, las baterías de SDI tenían los revestimientos muy pequeños lo cual no permitía a la batería expandirse y contraerse durante los procesos de carga y descarga.
En junio de 2017, The Wall Street Journal anunció que Samsung utilizaría los dispositivos devueltos para lanzar el Galaxy Note FE (Fan Edition).