Salud mental

[2]​ Este concepto general se debe concretizar mediante la observación detallada del comportamiento de la persona en su vida diaria.De hecho, algunas personas con enfermedades mentales pueden tener una inteligencia y un funcionamiento cognitivo normal o superior a la media.La salud mental se relaciona con el raciocinio, las emociones y el comportamiento frente a diferentes situaciones de la vida cotidiana.También ayuda a determinar cómo manejar el estrés, convivir con otras personas y tomar decisiones importantes.[4]​ El déficit en la salud mental contribuiría a muchas enfermedades somáticas y afectivas como la depresión o la ansiedad.En la actualidad la salud mental se encuentra saturada de prejuicios, lo cual llega a dificultar más el llamado por ayuda.[6]​ Desde las teorías psicodinámicas se postula que la salud mental y los aspectos patológicos forman parte constitutiva de todo individuo.Así pues, según Wilfred Bion, la capacidad para tolerar la frustración sería una primera capacidad sana que permitiría al individuo en desarrollo el inicio del proceso de pensamiento y comprensión del mundo y de sí mismo.Por lo tanto, la mayoría de los servicios prestados a la salud mental en general se encuentran normalmente asociados a la psiquiatría y no existen otras alternativas, lo que conlleva a un cierto límite, puesto que se asocia la salud mental con problemas psiquiátricos y se reduce con ello el concepto de las condiciones de salud mental y psicológicas.Imágenes del cerebro demuestran cambios físicos en la neuroanatomía de desórdenes como la esquizofrenia,[20]​ el autismo y los llamados trastornos bipolares.La patología psicosomática constituye un ámbito de gran relevancia para el estudio de la interacción salud física-salud mental, esto en tanto entendemos que aquello que afecte al bienestar mental o psicológico tendrá manifestaciones en la condición física del individuo.Por otro lado, relacionado al fracaso de la actividad defensiva del organismo, el sistema inmunológico juega un papel importante en tanto que es influido por factores endocrinos y neuronales para su conservación en el entorno.[27]​ Es fundamental reconocer los efectos negativos que los adolescentes enfrentan hoy en día debido a factores como las redes sociales, la presión académica y el ciberacoso.Además, el apoyo emocional en la familia es clave; cuando los adolescentes no se sienten respaldados en casa, los problemas de salud mental pueden empeorar.[29]​ En la zona prefrontal la sustancia gris aumenta hasta los 11 años en las mujeres y los 12 en los hombres para disminuir después, lo que sin duda está reflejando el establecimiento de nuevas sinapsis en esa zona en la etapa inmediatamente anterior a la pubertad y su posterior recorte, en una secuencia que va desde la corteza occipital hasta la frontal.La adolescencia es una etapa llena de cambios y desafíos, donde los jóvenes enfrentan situaciones tanto físicas como emocionales.Hoy en día, están lidiando con más presión que nunca, ya sea por las redes sociales, la escuela o las expectativas en casa.Todos estos cambios en el córtex prefrontal conllevan una activación menos difusa y más eficiente en esta zona durante la realización de tareas cognitivas.Los adolescentes típicos se ubican frecuentemente entre la 5.ª y la 6.ª etapa del razonamiento moral según Kohlberg, caracterizada por actuar de acuerdo a la norma interiorizada e implica un pensamiento democrático.Esta polaridad intolerancia-culto, permite al adolescente ubicarse dentro de las diferentes posturas presente en la sociedad para ir moldeando la identidad propia.La APA clasifica en categorías estos trastornos e incluyen los de aprendizaje, habilidades motoras, comunicación, desarrollo, atención y alimentación, entre otros.Con plataformas como Instagram y TikTok, los jóvenes están constantemente comparándose con los demás, lo que genera ansiedad e inseguridad.El aislamiento social, ya sea por falta de apoyo emocional o por el acoso, puede tener un impacto devastador en su bienestar.[36]​ La pandemia ha desencadenado una crisis multidimensional —sanitaria, laboral, económica y social— sin precedentes, que afecta especialmente a los países en desarrollo.Entre las medidas preventivas más importantes para evitar la propagación del virus se encuentran el distanciamiento social y el confinamiento, las cuales, aunque necesarias, han generado un impacto profundo en la sociedad.La resiliencia se define como la capacidad de adaptarse a circunstancias adversas que exigen una significativa respuesta psicológica, social o neurobiológica, especialmente en la infancia.[39]​ La psicología positiva se interesa también por la salud mental e incluso está más cercana a ella que los tratamientos psiquiátricos.Estas estrategias pueden ser vistas desde tres niveles: La salud mental se tiene que tener en cuenta a lo largo de todo el ciclo vital, en este sentido es importante tener en cuenta cómo se puede promover la salud mental en los niños y los adolescentes.[42]​Las redes sociales generan una gran presión en los jóvenes para ser “perfectos”, afectando su autoestima y provocando un ciclo de comparación negativa.[43]​La presión académica y el miedo al fracaso son las principales fuentes de estrés para muchos adolescentes.
Los trastornos mentales son más frecuentes en los países con mayor desigualdad económica .