Salima fue considerada una mujer de gran talento y fue la última esposa del Emperador Akbar.
[2] Siendo una gran lectora y escritora, ella registró por escrito sus encuentros con Akbar así como diversos hechos políticos de la época.
[3] Durante el reinado de Jahangir, Salima desempeñó un papel crucial en la obtención del perdón de los poderosos Khan-i-Azam y Mirza Aziz Koka, que habían sido sentenciados a muerte por el Emperador Jahangir.
[4] En el año 1575, Salima realizó la peregrinación del Hajj a La Meca junto con su tía, la princesa Gulbadan Begum, y otras damas de la corte imperial.
Siguiendo sus deseos, su cuerpo fue sepultado en un jardín que ella misma había diseñado y cuidado.