La Sala de la Verna es actualmente la mayor cavidad visitable del mundo.
En la pared contralateral se distingue todavía el conducto original (Galería Aranzadi).
En la discordancia de la orogenia hercínica, aparecen calizas del Santoniense.
Ravier dedujo el curso de los ríos subterráneos que debían atravesar el macizo, y los denominó con los nombres de sus hijos: Saint Vincent y Saint Georges.
[7] La denominada por sus compañeros “Sima Lépineux” fue descendida por primera vez en 1951, constatándose una profundidad de -340 metros que la convirtieron en el mayor pozo vertical del mundo.
[11] No obstante, la topografía de 1953 (hecha con brújula y cinta métrica) se reveló inexacta, y no encontraron La Verna sino otra cavidad distinta (Arphidia); los trabajos de perforación se suspendieron.
[12] En 1960 se planificó una nueva topografía desde la Sima Lépineux hasta La Verna con materiales de precisión (teodolitos).
[8] Durante 7 años, EDF registró el débito del río Saint Vincent, y en 1967 llegaron a la conclusión de que no era suficiente; faltaban muchos años antes de que la tecnología hiciera rentables las microcentrales hidroeléctricas.
En la Sala instalaron cinco estaciones, y realizaron una toma de datos mensual durante cuatro años consecutivos.