Marcel Loubens (1923-1952) fue un espeleólogo francés de meteórica carrera, truncada por el accidente que sufrió en la Sima de la Piedra de San Martín (Isaba, España), y que tuvo muy amplia cobertura mediática en la época.
[2] A partir de 1945 Loubens se interesó por las exploraciones en la zona pirenaica atlántica,[3] y se integró en el equipo de Max Cosyns, quien estaba volcado en la prospección y exploración del Macizo de Larra-Belagua.
De acuerdo con los familiares de Loubens, y por considerar la extracción del cuerpo demasiado arriesgada (en aquel entonces no existían estructuras de espeleosocorro en accidente subterráneo), se decidió enterrarle in situ.
[5] Durante los siguientes dos años se desató una campaña de intensidad creciente, alimentada por los medios de comunicación, exigiendo la extracción del cuerpo de Loubens.
Para zanjar la polémica, en 1954 sus compañeros organizaron una nueva expedición con este objeto, que se verificó con éxito el 14 de agosto, siendo entregado el cuerpo a sus familiares en Mazeres sur Salat (Alto Garona).