Cuando los franceses se apoderaron de Madrid, Saint-Marcq consiguió huir.
Como premio por esta acción fue ascendido a mariscal de campo.
Con motivo del primer sitio de Zaragoza, consiguió reunir unos seis mil hombres, con los que contribuyó a que los franceses de Charles Lefebvre-Desnouettes levantaran el campo.
Cuando la plaza capituló, fue hecho prisionero y conducido a Nancy, en donde permaneció hasta 1814.
Cuando Fernando VII regresó, él ya liberado, pudo retornar a España.