Los objetos necesarios para la misa guardados en la sacristía son, por ejemplo, hostias sin consagrar, cálices, casullas, agua, manutergio, etc.
Suele estar cerrada al público aunque a veces es visitable como parte del conjunto monumental de una iglesia o catedral.
Las sacristías tienen habitualmente una pileta especial, el sacrarium, cuyo desagüe va directamente al suelo.
Normalmente está situada dentro de la iglesia, pero puede encontrarse en una anexo o en un edificio separado (como en algunos monasterios).
A menudo las sacristías adicionales son empleadas para el mantenimiento de la iglesia y sus objetos, como velas, etc.