Los asaltos de sable son los más rápidos y ágiles en esgrima, por lo que requieren una buena forma física.
Se considera en Italia que el padre del sable deportivo moderno sería el italiano Italo Santelli quien trasladado a Hungría en 1896, adaptó la enseñanza de la esgrima italiana con la tradición magiar del sable.
La hoja puede ser curvada siempre que no pase una flecha de 4 cm.
El aparato o caja de puntuación ayuda al juicio final del árbitro.
Como para todos los aparatos eléctricos utilizados en la esgrima moderna, el árbitro debe tener en cuenta la posibilidad de que se produzcan fallos mecánicos.
Aunque la naturaleza esencial del juego seguiría siendo la misma, habría que replantear las estrategias de ataque y defensa.
Normalmente, los remates y las paradas no supondrían un punto, ya que un golpe del atacante tendría prioridad.
Cuando ambas señales indican, corresponde al árbitro decidir qué esgrimista anota el punto.
El árbitro puede detener la acción por razones tales como un peligro para la seguridad, una lesión del esgrimista o una violación de las reglas.
Por lo tanto, el ataque flèche ya no está permitido, por lo que los esgrimistas de sable han comenzado a utilizar una "flunge" (estocada voladora).
Del mismo modo, también se han eliminado los "ataques en carrera", que consisten en un flèche fallido seguido de remises continuos.
La técnica húngara suele funcionar mejor si se da un paso o un ángulo en la dirección opuesta a la de la parada "quinte".
Los círculos, como el 3, 4 y 5, defienden contra las puñaladas al cuerpo, que un parry ordinario no bloquearía.