S larga

Podría, en esta lengua, proceder de una ligadura, ſz, que, escrita en letra gótica se asemeja más a ſʒ.

[1]​ En 1784 John Bell, en Inglaterra, justifica su sustitución por la ese baja para que no se confundiera con la letra efe y para aumentar la distancia visual de las líneas.

[2]​ Perduró unos años más en los países con tipografías nacionales (como Alemania con la Fraktur) y en imprentas que mantuvieron sus tipos.

Existe en el alfabeto fonético internacional otra variante de la s larga llamada esh, ʃ, que sirve para escribir el sonido fricativo sordo postalveolar (como ch en francés y sh en inglés).

Estos dos caracteres se trazan siempre, tanto en romano como en cursiva («letra bastardilla»), con una prolongación descendiente bajo la línea de base.

El símbolo de la integral está representado por otro carácter: Por último, para la esh del alfabeto fonético internacional y presente en la ortografía de muchas lenguas africanas: La versión en mayúsculas, que solo es útil a las lenguas africanas, se parece a la sigma del griego (Σ):

Portada de la 1.ª edición del Quijote . Obsérvese la s larga a mitad de palabra pero no al final, por ejemplo: « Compueʃto por Miguel de Cervantes » o, abajo al pie, «Franciſco de Robles».