Se añadían unos signos rúnicos que debían fortalecer las "virtudes germánicas" de su portador.Un requisito indispensable era un expediente disciplinario intachable, por lo que cualquier mancha en el de un portador suponía la devolución del anillo.que fueron sepultados en una cueva cercana, cuya boca se habría sellado usando explosivos.Ello es coherente con el destino previsto para el palacio que, ante la derrota, debería haber sido volado, pero solo lo fue parcialmente por falta de explosivos.Hoy en día podrían conservarse unos 3.500 anillos, que son objetos de colección muy raros.