El edificio más conocido es la antigua posada, visitada por los reyes polacos a lo largo de la historia, y que actualmente acoge un restaurante especializado en comida típica polaca.
La ciudad creció gracias a los depósitos de plata y plomo.
También la ayudó a su ubicación en la ruta comercial llamada Via Regia (Cracovia - Wroclaw).
En el siglo XV, la ciudad sobrevivió a una serie de invasiones (1433, 1434, 1455) y al gran incendio que la destruyó casi por completo (1498).
El agotamiento de los yacimientos y la ayuda que prestó al obispo Jan Muskata en la lucha contra Wladyslaw Łokietk hicieron que en el siglo XIV la ciudad perdiera importancia: se convirtió en una ciudad rural, y solo con el paso del tiempo volvió a ser más industrial.