[2] Es más frecuente en mujeres que en hombres, asociandose principalmente a personas de ascendencia escandinava, irlandesa, africanos y puertorriqueños.
No existen estudios específicos para su diagnóstico, pero hay pruebas para monitorear su actividad y excluir otras posibles causas.
[3] Para un diagnóstico lo más específico posible se requiere una biopsia de los granulomas no caseificantes típicos en algún órgano afectado y una radiología.
[2] El manejo inicial consiste en el uso de AINES, pudiendo requerir terapia antiinflamatoria más potente con corticoesteroides.
A mayor afección, se usan medicamentos inmunomoduladores, inmunosupresores o fármacos biológicos antifactor de necrosis tumoral.