Rubén López Ardón
Su salud física y mental se deterioró ante las dificultades de la Diócesis, la polarización del clero, la diversidad de experiencias pastorales y el escenario de guerra que vivió la región durante la década.[1] Al cesar sus funciones, siendo Obispo emérito, abandono definitivamente el país; en 1995, según correspondencia recibida, se encontraba en Ciudad de México.La renuncia en estas condiciones es la única conocida en la historia eclesial de Nicaragua; el Prelado tenía 54 años cuando comunicó su decisión y 56 cuando fue aceptada.El último viaje que realizó fue en 1987 y ya no volvió.“Monseñor cortó radicalmente todo contacto con Estelí, y pienso que hasta con Nicaragua, pues ni a la muerte de su madre (Antonia Ardón) se hizo presente”, explica ahora monseñor Abelardo Mata, el obispo sucesor en la Diócesis de Estelí.