Las rosquillas de palo, también llamadas rosquillas trancalapuerta[1] son un dulce típico de la gastronomía de Castilla y León,[2] del que ya se tienen noticias en el siglo XVII.
Destaca su sabor a anís y su poca dulzura.
[2] En la ciudad de Segovia también se conocen como rosquillas calderonas y tienen una forma característica.
[3][2] Tiene como principales ingredientes huevos, azúcar, harina, manteca de cerdo, esencia de anís y aguardiente.
Tradicionalmente era un dulce típico de Semana Santa y Cuaresma, aunque en la actualidad suele consumirse durante todo el año.