Rosalba Carriera

Después será conocida por su trabajo en pasteles, un medio muy apreciado en el ambiente rococó por sus suaves perfiles y floridos toques.

[3]​ Comenzó su carrera artística pintando estas cajitas con graciosas figuras femeninas que más tarde hicieron su fortuna traspuestas a la miniatura sobre marfil.

Fue la primera en no seguir las reglas académicas según las cuales una miniatura debía realizarse con trazos y puntos breves y bien amalgamados; en lugar de ello, Carriera utilizó el trazo veloz característico de la pintura veneciana.

Gradualmente esto le llevó a pintar retratos, de lo que fue pionera en el uso exclusivo del pastel.

Los visitantes extranjeros destacados que acudían a Venecia, jóvenes hijos de la nobleza en su Grand Tour" y diplomáticos, por ejemplo, rivalizaban en ser pintados por ella.

Mientras estaba en París, el gran aficionado y coleccionista de arte, Pierre Crozat, organizó un concierto en el que tocó la artista, experta violinista también.

[2]​ Ese mismo año fue elegida miembro del Academy Royale de Peinture et Sculpture.

El periodo habitual de prueba fue sustituido por el retrato del joven rey y para el diploma envó un cuadro que representa a una musa sosteniendo un laurel.

El diario de Rosalba sobre esos 18 meses en París fue más tarde publicado por su admirador, Antonio Zanetti, en 1793.

Sus retratos eran inmensamente competentes, casi siempre conteniendo una pose de busto con el cuerpo ligeramente vuelto y la cabeza girada para dirigirse al espectador.