El rosal fue la inspiración para parte del escudo de Hildesheim: la rosa.
Cuando despertó horas después, vio el lugar cubierto de nieve mientras todo lo demás estaba verde.
Otra versión de la leyenda habla del emperador Ludovico, que instaló su tienda en una colina en el bosque para asistir a la santa Misa, a la que también se llevaron las reliquias de la capilla cortesana.
El emperador interpretó esto como una revelación de la voluntad divina e hizo construir una capilla en honor a la Santísima Madre, colocando el rosal alrededor del edificio.
Tal reproducción vegetativa no influye en la composición genética de la planta.
Por lo general, tales rosales solo alcanzan 3 metros de altura y no se apoyan en edificios.