Los críticos de esta ideología también han argumentado que el rockismo es racista, sexista y homofóbico.
Si bien hay muchas vagas interpretaciones, se entiende que el rockismo considera al rock como la norma.
Un aficionado al rock, un músico del género o un periodista especializado no tienen necesariamente que ser rockistas.
Los críticos del rockismo sugieren que esta supuesta era de música auténtica y pura es un mito, y que la música popular nunca estuvo completamente libre de la interferencia del comercialismo.
Escritores contemporáneos usan el rockismo como una categoría polémica para identificar un grupo de creencias y suposiciones en la crítica musical.