Robinson es una zarzuela en tres actos compuesta por Francisco Asenjo Barbieri y libreto de Rafael García Santisteban.
Ella está obsesionada con una sola idea, y es una mujer de armas tomar.
Pero su criado Casimiro, su esposa y su prestamista favorito, no están dispuestos a dejarle marchar solo, por diferentes motivos.
Los súbditos de la reina Leona no tienen el mismo ardor guerrero que sus contrincantes femeninos, y cuando Ananás se presenta en el campo de batalla para recuperar su botón se vislumbra una guerra desigual, si no fuera por la alegre marinería, que provoca una cierta conmoción entre los presentes.
Ello no impidió su enorme éxito reconocido en todas la prensa del momento.
Barbieri respondió afirmativamente a la propuesta del empresario, porque en último término había en su espíritu una proximidad natural a varios aspectos de cuanto significaba el fenómeno bufo, y se acomoda en Robinson a un género en el que se busca conscientemente divertir, producir hilaridad, sin otras funciones.
A este ambiente sirve Barbieri con una partitura llena de entretenimientos, danzas, bailables y chanzas.
La propia orquesta, bien trabajada, como siempre, por Barbieri, está tratada con una gran belleza colorística con instrumentos peculiares para narrar la escena; así al comienzo del tercer acto con una abundante presencia de la percusión: lira, triángulo, cencerros, pandereta, tantán, bombo, timbales, etc.
Su contenido, fórmulas y desenlaces son puro juego, su arma estilística la exageración.
Un dato curioso de este acaecimiento es que el periódico admitía encargos para las funciones siguientes.
El público quedó altamente satisfecho de esta composición, que por sí solo bastaría para enaltecer a su autor".