Richard Langley (mártir)

[4]​ Durante el período isabelino, Langley ayudó al clero católico; su casa fue ofrecida como asilo a sacerdotes.

Se encontraron dos sacerdotes escondidos en el primero; en este último Langley mismo fue apresado.

Los tres fueron llevados a York, encarcelados y posteriormente procesados ante el presidente del Norte, los sacerdotes por su cargo y Langley por albergarlos.

[5]​ Durante la investigación, Langley no prestó juramento de la supremacía eclesiástica de la reina, ni se congraciaría con el señor presidente o el Consejo Privado.

[6]​ A sus restos se les negó un entierro honorable.