En La Paz estudió arquitectura pero se dedicó profesionalmente a la pintura.
[3] Volvió a Bolivia en 1991 para hacer el monumento de confraternidad Peruano-boliviana en la playa Boliviamar en Ilo, Perú.
En Colombia ganó el Premio a la Excelencia (2006) y el Gran Premio (2009) en la Trienal Internacional de Acuarela.
En 1997 recibió el Premio Nacional de Cultura del gobierno boliviano.
Pérez Alcalá «[le devolvió] a la acuarela el concepto de arte mayor» dentro de las artes plásticas.