Su orgullo nacional se veía obstaculizado por una mala reputación como "la cloaca moral de Europa".
Además, el príncipe solía gastar su dinero en Francia y no en Mónaco.
Los ciudadanos se manifestaron exigiendo una constitución y un parlamento, amenazando con convertir a Mónaco en una República si no eran cumplidas sus demandas.
[7] Durante el resto del año, hubo protestas masivas en contra de la dominación francesa en cuanto al gobierno y la economía monegasca.
[8] El Palacio del Príncipe también fue asaltado por una turba y posteriormente saqueado.