Los retablos anástilos tratarán de reducir el espacio y serán decorados a gran medida que será difícil identificar las calles.
Los retablos estípites tienen a Jerónimo de Balbás como autor pues se considera a dicho personaje como aquel que introduce el estípite en la Nueva España[3], pues dicho estilo ya era muy representado en España.
Su resaltada parte central está flanqueada por estípites que han perdido su cuerpo y entidad para albergar unas esculturas, desempeñando la función de nichos.
[4] El retablo anástilo, al no contar con columnas ni pronunciados nichos, no sobresale de manera marcada del muro, se mantiene lo más unido posible provocando que se ahorre bastante espacio, hay ejemplos como en los que están completamente embarrados al muro sin ninguna salida.
La iglesia según los datos históricos se dedicó en el año de 1758 cuando ya todos los retablos estaban terminados, deduciendo que los retablos anástilo nacen alrededor de dicha fecha y tomas su auge a finales del siglo XVIII, teniendo en cuenta que ya se tenía un ejemplar en Cd.
[2] No siendo estos los únicos ejemplares de retablos anástilo, sino los más sobresalientes por sus características.