Esta es mucha veces dejando que la naturaleza provoque milagros y salve vidas ya que los adelantos y los conocimientos de la época no daban para mucho más cuando se trataba de alguna enfermedad medio seria.
Su habilidad llega a los ojos del Rey Carlos II (Sam Neill) que le llamará a palacio y le hará encargarse de la cura de su perra Lulú.
Todo parece ir bien, incluso Marivel sube en el escalofón social ya que el Rey le ha otorgado una finca hermosísima y otros placeres mundanos.
El problema llega cuando su amor por esa su extraña esposa suya empieza a ser desmesurado y le quita el sueño.
Pero los extraños designios de la naturaleza le deparan unos cuantos infortunios más así como una gran felicidad medio truncada al fin.