Habiendo determinado que la invasión de Corea del Sur por fuerzas de Corea del Norte constituía una ruptura de la paz, el Consejo recomendó que los miembros de las Naciones Unidas proporcionen al estado surcoreano la asistencia que sea necesaria para repeler el ataque y restablecer la paz y la seguridad en la zona.
El Consejo recomendó además que todos los miembros que proporcionan fuerzas militares y otra asistencia a la República pongan estas fuerzas y asistencia a disposición de un comando unificado bajo los Estados Unidos de América.
Luego, el Consejo solicitó que Estados Unidos designara al comandante de dichas fuerzas y autorizó a dicho comandante a usar la bandera de las Naciones Unidas a su discreción en el curso de las operaciones contra las fuerzas norcoreanas.
La resolución fue aprobada con los votos del Reino Unido, la República de China (Taiwán), Cuba, Ecuador, Francia, Noruega y Estados Unidos.
[2] El presidente del Consejo en ese momento era el noruego Arne Sunde.