La razón para declarar al takín como animal nacional el 25 de noviembre de 2005 se atribuye a una leyenda que narra que el lama Drukpa Kunley creó al mamífero en Bután en el siglo XV.
Las pequeñas aberturas en la cerca permiten la alimentación manual no regulada; como resultado, la mayoría de los animales cautivos en el recinto son obesos.
[2][3] El takín tiene poco valor económico; proporcionan un uso medicinal tradicional a las mujeres para ayudarlas durante el parto.
Las poblaciones silvestres de takines son estables, aunque no hay estudios publicados que lo confirmen, y nadie sabe cómo afectará el cambio climático a la población de esta especie en Bután.
Las únicas amenazas conocidas que enfrentan son los depredadores y la caza furtiva muy ocasional.