Se encuentran también especies endémicas como el enebro español así como paisajes modelados por la mano del hombre, como los pastos de alta montaña denominados brañas.El área incluye también depósitos paleontológicos que representan uno de los valores más importantes para la conservación en el Alto Bernesga, y encinares endémicos que crecen en la piedra caliza.Así mismo, sus bosques se encuentran habitados por el lobo, el oso y el urogallo.En los matorrales y monte bajo encuentran refugio a la liebre del piornal.[1] Las actividades humanas son sobre todo las relacionadas con la ganadería, que tiene una gran importancia en el mantenimiento del paisaje, con las tradicionales brañas, donde se encuentran refugios antiguos de incalculable valor cultural.
Valle de la Tercia, donde se encuentra Villamanín.