El Rescate bancario español hace referencia a las ayudas públicas y rescates financieros proporcionadas por la Comisión Europea a entidades financieras en el marco de la crisis económica española de 2008.
A pesar de que el último garante del dinero concedido es el Estado y no los bancos (porque la normativa de los fondos europeos de rescate no se ha cambiado, como se apresuró a recordar el ministro de Hacienda alemán, Wolfgang Schäuble: "España garantizará el préstamo y tendrá que devolverlo"),[12] el ministro Guindos se negó a llamarlo rescate.
[cita requerida] Se le impusieron a España 37 condiciones para acceder al rescate que, contrariamente a lo difundido entonces por el gobierno, iban más allá del sector bancario (32 condiciones para el sistema financiero y alguna más para la política fiscal).
"[17] España se comprometió a "consultar previamente a la troika cualquier medida sobre el sector" no incluida en el memorándum — un duro contrato a la manera de Berlín y Bruselas con "severas condiciones" para el Estado, los bancos, accionistas, poseedores de deuda subordinada y de participaciones preferentes (consideradas activos tóxicos).
Sin embargo, se elogió la actuación relativamente temprana — a comparación de Grecia, Irlanda e Italia que se vieron cortados de los mercados financieros.