[1] Estos rechazaron la autonomía que se les ofrecía y mostraron su preferencia por la formación de Checoslovaquia.
[2] Este prometió aplicar políticas liberales hacia las minorías basándose en el principio de autodeterminación.
[3] El ataque checoslovaco sobrepasó la línea de demarcación trazada por la Entente y los primeros ministros británico y francés, además del propio representante checoslovaco en París, Edvard Beneš, condenaron esta infracción.
[3] Esta permitió a Kun ordenar un contraataque alegando que se trataba de una mera defensa ante la agresión checoslovaca.
[4] El jefe del estado mayor Stromfeld dirigió la operación que debía dividir las fuerzas checas de las rumanas.
[1] Pronto dos tercios de los territorios eslovacos quedaron bajo control del Ejército rojo.
[5] Muchos elementos no comunistas se afiliaron al partido para poder recibir raciones.
[5] Se produjo una expropiación parcial de la propiedad privada en la que los comunistas quedaron menos afectados.
[5] Se decretó un precio máximo para los artículos que llevó a la aparición de un gran mercado negro.
[7][6] Su relación con el resto de la República Soviética Húngara no estuvo muy claro[7] una semana antes.
[9] Mientras, se procedía al reclutamiento de nuevas tropas eslovacas para el Ejército rojo.
[11] Su creación se había debido a un factor externo, la presencia del Ejército rojo, y desapareció con su derrota.
[12] De sus comisarios al menos la mitad habían sido húngaros, y la capital era una ciudad mayoritariamente magiar.