Pertenecen a la nueva nobleza, muy desacreditada por la considerada vieja nobleza, pero gozan de una excelente situación social gracias a las influencias que la madre de Renée, conocida como la presidenta Montreuil, mantiene en la corte.
Para los Montreuil emparentar con los Sade significaba ascender en la escala social; los Sade pertenecían a la vieja aristocracia y la madre de Donatien, de sangre borbónica, estaba emparentada por vía colateral con el Rey.
Sade en La filosofía en el tocador escribiría: Un testimonio de la época comenta: "Hubo un tiempo cuando un buen cristiano no podía dormir las tres primeras noches con su esposa.
[1] El matrimonio entre aristócratas, basado en alianzas económicas y sociales, se circunscribía a un mero acuerdo para conseguir descendencia; estaban educados para satisfacer su apetito sexual fuera del matrimonio.
Renée, como pasará en otros confinamientos de Sade, se convierte en su principal valedora.
No se conservan sus cartas, pero sí la correspondencia de los cargos públicos que respondían a estas.
Por esas cartas, se conoce que Renée rogó insistentemente por la libertad de su marido.
Allí Sade ha hecho construir un teatro con capacidad para sesenta o setenta personas.
Da representaciones regulares con actores aficionados y profesionales; Renée interviene en algunas de ellas.
Cuando se dicta su arresto Sade huye a Italia y Renée queda en Marsella encargándose de su defensa.
Desde allí escribe una carta a su suegra creyéndola una aliada; por el contrario, la presidenta Montreuil utiliza sus influencias en la corte para que se solicite una orden de encarcelamiento.
Renée en esos momentos, una vez ha terminado el proceso en Marsella, se encuentra en París.
Renée, el 10 de mayo solicita a la Tour los enseres que su marido ha dejado en la fortaleza y le informa que "el marqués sólo ha pasado veinticuatro horas en La Coste y ha vuelto a partir hacia un lugar desconocido para sus perseguidores, donde esperará hasta que hayan cambiado su manera de pensar".
Sus intentos, probablemente guiados por el propio Sade, no obtendrán resultado hasta 1778 que consigue que se reabra la causa y demostrándose numerosas irregularidades en el proceso, la sentencia es anulada.
Para entonces, Sade ya llevaba más de un año encerrado en Vincenes, La presidenta Motreuil había conseguido una lettre cachet del Rey en contra de Sade para su confinamiento.
Aunque lo fue por una orden real, la lettre de cachet fue conseguida por la influyente Mme.
Esta orden pudo ser cursada ya en 1774 y renovada a la muerte de Luis XV.
Renée y Sade permanecerían sin verse los cuatro primeros años de su encierro.
Durante estos meses pensó que se hallaba en La Bastilla, posteriormente se le impidió visitarlo: Dos días después de su encarcelamiento le envía su primera carta: "Aunque me dicen que estás bien, el dolor me abate.
Le seguirán otras en parecidos términos: "Mi querido amigo, te ruego fervientemente que no sucumbas a tus depresiones.
La actividad de Sade durante su encierro se centró en la lectura y la escritura.
En este tiempo se produce un acercamiento entre Renée y su madre, Sade sospecha que Renée ya forme parte de aquellos que se esfuerzan por mantenerlo encerrado.
Cinco días después, los hijos de Sade lo visitan en Charenton para darle la noticia.
En sus biografías podemos encontrar como posible causa de la separación el que Renée, en los tiempos tormentosos de la revolución, se acercase a su madre buscando seguridad para ella y sus hijos.
Renée no recibirá esa renta durante mucho tiempo, las propiedades de Sade serán saqueadas y sus tierras resultarán improductivas.
Renée rechaza el acuerdo reclamándole 367.000 libras (la dote más los intereses que no le ha pagado y otros conceptos), suma muy superior al valor de los bienes.
A Sade se le diagnosticó para su ingreso "demencia libertina" y allí permanecerá recluido hasta el momento de su muerte.