Fue sustituido en 1864 por el sexto, un nuevo reloj construido por el relojero suizo Albert Billeter, a raíz de la creación del servicio municipal de la hora.
Es una máquina de hierro de grandes dimensiones (base de 2,08 x 2,40 m y altura máxima de 4,4 m, pesaba en origen 5,5 TM) probablemente la más grande del mundo en su género: reloj simple con mecanismos únicos de tiempo y sonería de cuartos y horas.
No tenía agujas ni esfera.
En 1685 se modificó su mecanismo para añadirle un péndulo.
En 1864 fue desmontado para bajarlo el campanario de la catedral.