Fue la primera de la historia al ser construida (Leonardo da Vinci ya había diseñado una máquina sumadora, pero esta no se había llegado nunca a construir debido al avance de la tecnología en aquel momento).
El reloj calculador podía realizar, a través de métodos totalmente mecánicos, las cuatro operaciones aritméticas elementales: sumar, restar, multiplicar y dividir.
El año 1957 el historiador Franz Hammer encontró una serie de cartas epistolares, que Schickard había enviado al astrónomo Johannes Kepler, donde describía la máquina.
De las otras originales que fabricó no se sabe nada.
Contaba, a más, con una campana que avisaba cuando se producían errores de desbordamiento.