Religión en Argentina

Según la Constitución argentina (artículo 2), el Estado Nacional debe sostenerla y según el Código Civil y Comercial, es jurídicamente asimilable a un ente de derecho público no estatal.

Jorge Mario Bergoglio era el antiguo arzobispo hasta que en el cónclave del 2013 fue elegido como el papa Francisco.

Por otra parte, la Argentina es uno de los países de la región que cuenta con una gran población irreligiosa, es decir, que no adhiere a ninguna religión o creencia en particular.

[7]​ A pesar de su larga tradición católica, la Argentina tiene solo dos santos reconocidos: el mártir Héctor Valdivielso Sáez (1910-1934) y el sacerdote diocesano José Gabriel Brochero (1840-1914).

La Pachamama, una deidad femenina relacionada con la «Madre Tierra» común a varios pueblos originarios, también tiene una presencia importante en las creencias de la población argentina.

No obstante el artículo aclara conforme a leyes que reglamenten su ejercicio, es decir que éste y los demás derechos anunciados deben reglamentarse por leyes, no deben contradecir otros derechos y la misma constitución.

[20]​ La sociedad, la cultura y la política de Argentina están profundamente imbuidas del catolicismo romano.

Buenos Aires, por ejemplo, es una arquidiócesis debido a su tamaño e importancia histórica como capital de la nación.

La Iglesia Católica Apostólica Argentina fue fundada, según diversas fuentes, en 1970 o 1971, en Buenos Aires por su primer Arzobispo-Primado Leonardo Morizio Domínguez.

El terreno total otorgado por el gobierno argentino mide 34 000 m2 y fue ofrecido por el expresidente Carlos Menem luego de su visita a Arabia Saudita en 1992.

También hay comunidades más pequeñas en las ciudades de Mendoza, Rosario, Córdoba y Tucumán.

La migración comenzó en el siglo XVIII y continuó hasta unos años después del nacimiento de Israel.

La mayoría de los judíos sefardíes emigraron a Argentina porque ambos grupos hablaban el idioma español.

En Argentina, los judíos sefardíes permanecieron separados de los judíos asquenazíes, que en la segunda mitad del siglo XX constituían la mayor parte de la población judía en América Latina.

[43]​ Para 2008 CONICET realizó una encuesta a 2403 personas[15]​ en la que se refleja los credos de las principales religiones.

En su segunda edición, una exhaustiva encuesta nacional realizada por un grupo de científicos del CONICET reveló los profundos cambios en las creencias, prácticas y actitudes religiosas en la Argentina.

El dato contrasta con el aumento de las personas «sin religión», que aumentaron del 11.3 al 18.9 por ciento; y de los evangélicos, que crecieron en adherentes del 9 al 15.3 por ciento.

Importancia de la religión Asistencia al Culto Basándose en las dos encuestas proporcionadas por el CONICET en 2008 y 2019, se puede describir la situación religiosa de acuerdo a las diferentes regiones argentinas en este periodo.

En estos casos y en algunas fiestas populares es posible reconocer creencias precolombinas o africanas, a veces combinadas con elementos de la religión católica y/o evangelicalista (ver sincretismo religioso), como la generalizada costumbre popular de arrojar el primer trago de vino a la tierra como ofrenda a la Pachamama, cuyo culto se mantiene relativamente sólido y suele identificarse con la Virgen María.

Hoy es venerado en toda Argentina y es recordado en pueblos, calles, barrios, etc.

El culto al Señor y Virgen del Milagro , en la ciudad de Salta , es una de las manifestaciones más populares de la Argentina; reúne anualmente más de 700 000 personas.
La iglesia evangélica Tabernaculo de la fe, el edificio religioso con mayor capacidad de Comodoro Rivadavia .
Vista del Monumento a Ceferino Namuncurá, en el departamento San Martín, provincia de San Juan .