Estados miembros de la OTAN, ambos forman parte del espacio Schengen.
Sin embargo, ya en 1921 llegó a España una misión compuesta por delegados especiales islandeses para negociar con el Gobierno español las tarifas sobre el bacalao.
Por otro lado, en 1925, Islandia nombró un representante especial, no diplomático, con residencia en Barcelona para atender los intereses comerciales de su país con todos los países del Mediterráneo.
[2] Los principales flujos bilaterales son de naturaleza comercial y turística.
No ocurre así en sentido contrario, por lo que la balanza comercial es sistemáticamente desfavorable a España, con una tasa de cobertura que apenas alcanza el 31%.