Rehabilitación de barrios

El barrio es la “unidad básica” para reconstruir la ciudad, por tanto, la revalorización y el reconocimiento del barrio como espacio vital donde pueden resolverse los múltiples y crecientes problemas de nuestras ciudades es esencial para articular un proyecto de estas características.

A mediados de los ´60, surgió el llamado woonerf, en el que las relaciones humanas formarían el elemento central, siendo la calle el lugar de encuentro y pasando a ser la circulación del automóvil algo secundario.

El desarrollo del “bloemkoolwijk” en los ´70, tenía la medida humana como punto de partida: el plan urbanístico se pensó a partir de la vivienda, desarrollándose el barrio y la ciudad a su alrededor.

Esto originó una situación crítica para el Estado y otras instituciones públicas que tuvieron que afrontar la tarea de intentar resolver el grave problema de la vivienda en las grandes ciudades, convirtiéndose en los principales agentes del crecimiento urbano en este periodo.

Esta etapa entre 1940-1950, supuso un crecimiento basado en bloques de cierta altura que se dispone en manzanas cerradas tradicionales donde los accesos a la vivienda se relacionan directamente con la calle reservándose el interior para las áreas de servicio.

Este modelo de crecimiento, planteado desde la Administración y denominado “polígono”, tuvo carácter unitario y cierta dimensión, estando concebidos como áreas monofuncionales destinadas a cubrir las demandas de vivienda.

Sus carencias más alarmantes: escasa recepción por unos modos de vida muy diferentes, incapacidad para dictar comunicación social primaria a sus habitantes, equipamiento social incompleto o deficitario, rigidez de su zonificación.

[3]​ En Andalucía, surgen estos polígonos, que cambian sustancialmente la imagen de la periferia.

Ejemplos como Almanjáyar en Granada, Tres mil viviendas en Sevilla, Palma Palmilla en Málaga, El Puche en Almería, La Paz en Cádiz, San Martín de Porres en Córdoba,[4]​etc., son algunos ejemplos que jalonan su geografía en esos momentos.

Buenos Aires será la que reciba la mayor cantidad de inmigrantes, facilitado esto por una red ferroviaria centralista.

No obstante, en ciertos países, la regeneración urbana ha adquirido un carácter menos elitista y se ha orientado hacia la intervención sobre zonas degradadas y áreas urbanas desfavorecidas, sensibles, vulnerables, etc.

Pero, en todo caso, en Europa, parece mayoritario un entendimiento de la regeneración urbana como una práctica hasta cierto punto excepcional, no sustancial, complementaria de otras prácticas que protagonizan el desarrollo urbano y que orientan, con carácter general, el sector inmobiliario.

Estos aspectos, de naturaleza por lo general bastante compleja, están íntimamente ligados a la perspectiva integral que las actuaciones deben tener.

Hace poco tiempo atrás se firmaba además un convenio para urbanizar la Villa 31 de Retiro en Buenos Aires.

Los 30 proyectos beneficiarios de la primera y segunda convocatorias se encuentran ya en funcionamiento.

– Pedagogía del hábitat (Cultura de la conservación y el mantenimiento, programas que eviten el absentismo escolar, educación de adultos, intervención socioeducativa y familiar) – Participación ciudadana.

Rehabilitación de San Martín de Porres, Córdoba.
Vista aérea del barrio Los Diez Mandamientos. Sevilla años setenta del siglo XX .
Rehabilitación y adecuación de edificios y espacios intermedios en San Martín de Porres, Córdoba.