Reginald John Farrer

Farrer era originario de Clapham, Yorkshire del Norte, Inglaterra, en una familia acomodada.

Por un desorden del habla debido a numerosas cirugías por labio leporino, fue educado en su casa, desarrollando en él un entusiasmo apasionado y permanente por los lugares de alta montaña y la flora que crece en ellos.

Al regresar a Inglaterra, trató de convertirse en un novelista y poeta, pero esas publicaciones fueron mediocres.

Allí encontró numerosos ejemplares resistentes que hoy siguen enriquececiendo los jardines occidentales.

Muchos llevan su nombre, aunque la lista habría sido más si Farrer no hubiera descuidado, los ejemplares de herbario necesarios para su clasificación y nomenclatura.

Durante ese tiempo, nuevas plantas fueron trasplantadas desde sus hábitats nativos a otros de todo el Imperio, por muchas razones económicas, médicas y científicas.

A nivel global, al mismo tiempo que Farrer y otros coleccionistas introducían exóticas plantas a los jardines ingleses, los colonos sentimentalmente llevaron consigo plantas y animales, que les recordaban sus hogares.

Tomó como su compañero a Euan H.M Cox (1893-1977), quien registró esos viajes en 'Farrer's Last Journey, Upper Burma 1919-20' (1926).

Unos años más tarde, sin embargo, uno de los coleccionistas de plantas que había trabajado para Farrer durante su último año, le dijo al botánico Joseph Rock que había muerto por intoxicación con alcohol.