Cada contacto está sellado en los extremos opuestos del tubo de vidrio.
Al acercarse a un campo magnético, los contactos se unen cerrando un circuito eléctrico.
La rigidez de los contactos hará que se separen al desaparecer el campo magnético.
Actualmente esta solución es obsoleta, usándose interruptores capacitivos que varían la condición de un circuito resonante.
Los interruptores de lengüeta también tienen desventajas, por ejemplo sus contactos son muy pequeños y delicados por lo cual no puede manejar grandes valores de tensión o corriente lo que provoca chispas en su interior que afectan su vida útil.