Una desigual distribución de los ingresos causa desigualdad económica, la cual es motivo de preocupación en casi todos los países del mundo.
Al conjunto de medidas, políticas y fiscales, dirigidas a reducir las desigualdades económicas en un país se lo conoce como redistribución de la riqueza.
Para calcular la desigualdad económica a través de la distribución de la renta (o distribución del ingreso) se usan los siguientes puntos: Existe consenso, a pesar del fuerte tenor de las discusiones al respecto, en que la educación es un factor de relevancia extraordinaria para promover la movilidad social y con esto, superar gradualmente la desigualdad.
En los países más desiguales tienden a existir pocos impuestos y estos frecuentemente son poco progresivos[cita requerida].
Tradicionalmente las tesis socialdemócratas y socialistas, sostienen que un sistema capitalista liberal puro el reparto desnivelado tendría base en la prevalencia del lucro sobre los medios de producción privados por lo que surge una situación de antagonismo y conflictividad social.
Los liberales defienden precisamente la regulación adecuada de los mercados.
A lo que se oponen es al intervencionismo estatal, pues provoca distorsiones en los mercados que acaban provocando paro e inflación.
Una aproximación verosímil para la renta nacional es la distribución gamma:
asociada a la distribución anterior y calculando el área bajo la misma:
donde: Como se puede ver el índice de Gini disminuye a medida que n aumenta.
Para explicar la renta en la mayoría de países se requieren valores en el intervalo
En las modernas economías capitalistas el nivel de renta promedio los países está ampliamente relacionado con la productividad y, por tanto, depende del grado de tecnología usado en la producción y la cantidad de capital físico empleado en la producción.
Naturalmente otros factores geográficos y ambientales también tienen una influencia importante.
Estas diferencias se consideran en gran parte una consecuencia de la teoría de la productividad marginal, que sugiere que el salario está relacionado con la productividad marginal.
Desde mediados principios del siglo XIX Europa occidental y Norteamérica han sido históricamente las regiones con mayor ingreso del mundo y las que han concentrado mayores recursos.
Durante el siglo XX otras regiones como Japón y en menor grado Corea del Sur y algunas áreas del sudeste asiático han alcanzado niveles también altos de desarrollo económico y altos ingresos per cápita.
El resto de regiones han sufrido suertes desiguales, por ejemplo, América Latina en las últimas décadas ha sufrido un descenso relativo de ingreso, pero ha sido revertido y África central y meridional que partía de niveles de ingreso relativo altos en comparación otras regiones del tercer mundo ha visto empeorar su situación respecto al ingreso.
La tabla ha sido elaborada a partir de datos de Arrighi (1991, tablas II, III y IV) para el período 1938-1988[2] y Angus Maddison[3] para el período 2000-2003: