[1] El hecho se produjo en el Centro Correccional de Attica y estuvo provocado por las malas condiciones allí reinantes, por el trato de los guardias y del director de la prisión y, también en parte, fomentado por las movimientos sociales y culturales que acontecían en el exterior.
[2] El desencadenante fue el maltrato al que fueron sometidos dos reclusos acusados de estar peleándose.
[3] Varios guardas fueron hechos rehenes y los presos tomaron el control de un patio de ejercicios.
Finalmente, el gobernador Nelson Rockefeller ordenó a la Guardia Nacional el asalto del penal, que se saldó con la muerte de 43 personas (33 reclusos y 10 empleados de prisiones), resultando heridas más de 80.
[3] En el año 2000 el juez Michael Telesca dictó sentencia, según la cual se debían pagar 8 millones de dólares a todos los presos que fueron sometidos a maltratos y tortura durante y después de la revuelta.