[1] Los sucesores del monarca continuaron la expansión y mejora de la yeguada.
Felipe V y Fernando VI la ampliaron considerablemente.
Su hijo, Alfonso XIII, gran aficionado a la cría, fomentó el crecimiento y mejora de la yeguada.
Este monarca renovó también el Real Hipódromo de Legamarejo, fundado por su abuela Isabel II, y que estaba destinado tanto a la práctica del deporte como a la exhibición caballar.
No solamente se criaban caballos, sino también mulas y asnos.