Ramón Padró y Pijoan (Cervera, 1809-San Felíu de Llobregat, 1876) fue un escultor catalán.
Nacido en Cervera en 1809,[1] fue hijo del también escultor Tomás Padró Marot y de Maria Ana Pijoan.
Casado con Antonia Pedret, fue a su vez padre del pintor Ramón Padró y el dibujante Tomás Padró Pedret.
Su especialidad fue la imaginería religiosa, destacando en los «Crucifijos», que hacía de madera de limonero.
Se le atribuyen unos grupos de terracota del jardín del Ateneo Barcelonés, y también se dedicó al arte de la pintura.