Damià Campeny

Estuvo en el taller del escultor Salvador Gurri y posteriormente en el del escultor Nicolau Travé.

Abrió su propio taller, donde realizó encargos para parroquias barcelonesas, como San Vicente y San Jaime y para la Cartuja de Montealegre el San Bruno.

En 1797 ganó una beca de la Junta de Comercio y marchó a Roma, donde conoció al escultor Antonio Canova y permaneció viviendo durante dieciocho años.

El rey Fernando VII le otorgó el título de escultor de cámara del rey y fue nombrado académico de San Fernando, ofreciéndosele una plaza de profesor, que no aceptó.

Es, con Antonio Solá, el escultor catalán más importante del Neoclasicismo.