Ramiro Pinilla

A los quince años era ya un lector compulsivo que intentaba evadirse de la dura posguerra y que pronto empezó a escribir sus propias narraciones.Trabajó en la marina mercante, como maquinista naval, pero era una profesión muy dura que decidió abandonar.En ella, y desde que quedó finalista del premio Planeta en 1971 con su novela Seno, el novelista vasco publicó Recuerda, oh recuerda (1974), Primeras historias de la guerra interminable (1977), La gran guerra de Doña Toda (1978), Andanzas de Txiki Baskardo (1980), el primer volumen de Verdes valles, colinas rojas (1986), Quince años (1990) y Huesos (1997).Después publicó ya con una editorial destacada, Tusquets, su premiada trilogía Verdes valles, colinas rojas, que trata la historia reciente del País Vasco y de Guecho y se considera habitualmente su obra maestra.Constituye un gran retrato histórico y social del lugar donde trascurrió su vida, Guecho, que conocía muy bien,[3]​ así como su playa de Arrigunaga, a la que cada día solía asomarse.