Inicia su carrera en el estado mexicano, como cónsul general de México en San Francisco, California; posteriormente le siguen las siguientes responsabilidades: Cónsul general de México en Nueva York.
[5][6] Secretario de Industria, Comercio y Trabajo, 1929.
[12][13] Embajador de México en España, 1936;[14]sustituyendo a Manuel Pérez Treviño.
[15] Su labor en pro de la justicia mexicana, que amparaba a los más desprotegidos, a los campesinos y a los trabajadores de las clases más bajas, dejaron una huella hasta nuestros días.
Fue promotor de la primera Ley Federal del Trabajo que muestra una gran influencia del código del Trabajo Italiano fascista, donde se establece al estado como árbitro obligatorio, en los conflictos obrero-patronales, se impide la libertad sindical, el derecho de huelga y se establecen las bases del control corporativo del partido oficial sobre el movimiento obrero en México, aún vigente en 2010.