Debutó en el baile flamenco con dieciséis años y, al año siguiente, ya se encontraba bailando en el Cortijo El Guajiro, tablao flamenco de prestigio en Sevilla inaugurado dos años antes.
Años después en 2000, con su mujer, ganó el Premio Demófilo de Arte Flamenco.
[3] Junto a Matilde Coral formó parte de la compañía de José Greco,[2] con la que realizó importantes giras internacionales.
El crítico Manuel Martín Martín destacó en él su «pulcritud», «sobriedad en la puesta en escena» y «elegancia»,[1] y Pilar López Júlvez lo consideró «el que mejor ha bailado por bulerías elegantes».
[3] La elegancia es la nota común en la crítica, también de Fermín Lobatón, que en su obituario lo calificó como «duende elegante del baile».