En 1966, fue investido como Ministro de la Corte Suprema, durante el gobierno del presidente Eduardo Frei Montalva.
En 1970, fue nombrado miembro del Tribunal Constitucional, presidido por Enrique Silva Cimma.
Viajaba a tribunales todos los días con su infaltable boina y maletín de cuero tipo escolar.
Argumentó que no podía concurrir, pues el Gobierno era parte involucrada en causas ante el Poder Judicial; todos sus colegas de Corte asistieron y, pocos días después, públicamente contradijeron la actitud de Retamal López, en una clara muestra de adulación al dictador.
Temas como el exilio y la defensa de los derechos humanos, figuraban en esos discursos.
Un nieto suyo (Edmundo Rojas Retamal) cuenta una anécdota: un día del verano de 1991, almorzando con él en García Moreno 921, Ñuñoa, al inquirirle por qué no aceptó jubilarse con tanto dinero, socarronamente —otra de sus características—, Retamal respondió: "Porque yo valía mucho más, pues…".