Goltz permaneció con sus tropas en Finlandia hasta diciembre de 1918 representando los intereses alemanes, y en la práctica gobernó el país como un dictador militar durante este período.
Los alemanes querían utilizar las fuerzas finlandesas contra las unidades aliadas que luchaban en Murmansk y Arcángel.
Además, los alemanes del Báltico y algunos letones formaron la Baltische Landeswehr, dirigida por el mayor Alfred Fletcher.
Sin embargo, los alemanes consiguieron negociar un aplazamiento, argumentando que esto habría dado vía libre a los bolcheviques.
En la mañana del 23 de junio, los alemanes iniciaron una retirada general hacia Riga.
El conde von der Goltz afirmó más tarde en sus memorias que su principal objetivo estratégico en 1919 había sido lanzar una campaña en cooperación con las fuerzas de la Rusia Blanca para derrocar al régimen bolchevique marchando sobre San Petersburgo e instalar un anti-bolchevique pro-alemán.
Su hijo del mismo nombre, Rüdiger von der Goltz, se convirtió en abogado.